Por su parecido con una mano humana, en cetrería se llama así a lo que en realidad son las extremidades inferiores. Utilizaremos este término para referirnos a ellas, y que también aplican los ornitólogos para referirse a las garras de las aves rapaces en general.
Las manos del halcón peregrino son esbeltas, estilizadas, elegantes, son las manos de un cazador de animales al vuelo y en vuelo; son las más bellas, a mi juicio, del mundo de las aves rapaces. Sus dedos largos, con gran radio de acción por tanto, rematados por uñas cortas y afiladísimas, son la herramienta perfecta para capturar en el aire a sus presas tras un fulgurante vuelo en picado. Las hembras (como Aixa, a la derecha en la foto), que son un tercio más grandes y pesadas que los machos, disponen de unas manos también mayores. Ellas son las que con más frecuencia trocean las presas para dárselas a sus polluelos, y este duro trabajo necesita de unas herramientas poderosas. Los machos (el halcón de la izquierda en la foto es Boabdil), más ligeros y voladores, se dedican sobre todo al aporte del sustento familiar. Ese color de las manos entre el gris azulado y el amarillo se tornará en unos meses de un anaranjado intenso, al igual que la piel que rodea el ojo y la base del pico, incrementando aún más si cabe la belleza del ave.
Las manos del halcón peregrino son esbeltas, estilizadas, elegantes, son las manos de un cazador de animales al vuelo y en vuelo; son las más bellas, a mi juicio, del mundo de las aves rapaces. Sus dedos largos, con gran radio de acción por tanto, rematados por uñas cortas y afiladísimas, son la herramienta perfecta para capturar en el aire a sus presas tras un fulgurante vuelo en picado. Las hembras (como Aixa, a la derecha en la foto), que son un tercio más grandes y pesadas que los machos, disponen de unas manos también mayores. Ellas son las que con más frecuencia trocean las presas para dárselas a sus polluelos, y este duro trabajo necesita de unas herramientas poderosas. Los machos (el halcón de la izquierda en la foto es Boabdil), más ligeros y voladores, se dedican sobre todo al aporte del sustento familiar. Ese color de las manos entre el gris azulado y el amarillo se tornará en unos meses de un anaranjado intenso, al igual que la piel que rodea el ojo y la base del pico, incrementando aún más si cabe la belleza del ave.