1. ESTE SOY YO

¿Qué? ¿Os lo dije, o no? No cabe duda: Soy el más guapo de mis hermanos. Con diferencia. Miradme bien, no os cortéis. Venga adelante, contempladme, mirad mi porte, el de una saga noble y milenaria; mis formas impecables, pulidas, con un brillo en los ojos que tiene un noséqué al de Frank Sinatra y... ¿pero qué son esas risas? ¡Vale ya de murmurar! Esto no es serio, no es serio. Habrase visto, un pájaro de mi alcurnia, y de mi... bueno, basta, de acuerdo, quizá no sea mi mejor perfil... Sí será eso, yo no sé en qué estaría pensando el que tomó la foto, de verdad... 


Quizá sea cierto que tengo un aire a un pollo de loro (no os riáis), pero es que...ains, ¿cómo digo esto? No es sencillo, oiga... pero... ¡es que son de la familia! ¡Sí, hala! Ya lo he dicho.
Efectivamente, estoy más emparentado con un loro que con un águila real o un azor, y no me enorgullezco de ello, creedme, pero entendedlo, en todas las familias hay un pájaro negro. En la mía hay varios. Y encima ni son negros; son verdes, rojos, azules... Vaya colores, un despropósito, una aberración. No son pájaros serios. Mi madre casi ni se habla con la Tía Faustina. En las reuniones familiares no hace más que comportarse como una cotorra. Como lo que es, por otra parte.


Pero bueno, hoy no es día de loros. Mañana es "El Gran Día". O eso creo. He estado poniendo oído y creo que mañana nos vamos, nos llevan a noséqué sitio. Y hablan de libertad y de hacking y de mil cosas más que no entiendo. Estoy un poco nervioso, sí, sí, yo, un pájaro de mi abolengo y aplomo, pero es que me huelo que no volveré a ver a mamá (Si lees esto, Feliz Día Mamá), pasaré toda la noche solo, soñando con las últimas palabras que me silbó mi madre al oído antes de separarnos: "Algún día, los cielos de Granada volverán a ser nuestros". Me pregunto qué querría decir...