17. LA IMAGINACIÓN AL PODER

Decíamos en esta entrada que habíamos instalado un sistema de “climatización” en la caja-nido de los halcones. Vamos a contarlo con un poco de detalle, por si esta idea puede ser de utilidad para personas o proyectos con un problema parecido.

Lo primero que habría que responder sería ¿para qué este sistema? Según corresponde a un pura sangre como el halcón peregrino su metabolismo es muy elevado. Aún en reposo, el halcón tiene una enorme capacidad para generar calor y está bien adaptado a las bajas temperaturas. Pero ¿qué ocurre cuando llega el verano? Pues que pasan calor, como nosotros, y buscan la sombra, como nosotros, y se sienten mal si están recluidos en un sitio caluroso, como nosotros. Y sabiendo esto y poniendo un halcón en la caja-nido a finales del junio granadino, debiendo pasar en ella al menos cinco días, ¿cómo mitigar ese calor? Usando esa poderosa herramienta que es la imaginación se nos ocurrieron dos ideas para conseguirlo. 

La primera de ellas era colocar, bajo la grava que recubre el suelo, un tubo en forma de serpentín, y en circuito cerrado, por el que circulara agua fría. Este agua fría se obtendría de un barreño al que se añadiría hielo o botellas con agua congelada en su interior, y sería movida con una pequeña bomba anfibia como las usadas en las peceras para oxigenar el agua. Esta circulación sostenida enfriaría la grava, y esta a su vez el aire circundante.

La otra idea, la finalmente ejecutada en tiempo récord con el trabajo abnegado e incondicional de los voluntarios del proyecto, ha sido colocar dentro de la caja-nido una caja más pequeña con una placa de mármol en su parte superior, y usar como elementos refrigerantes botellas de agua y placas de frío previamente congeladas. En la caja caben 18 litros de agua, que están aislados térmicamente en la parte inferior (para evitar fugas de frío hacia donde no nos interesa) y que tardan más de 24 horas en pasar de estado sólido a líquido. Las botellas se introducen por una pequeña abertura que hemos practicado en el exterior de la caja-nido con objeto de no molestar al halcón cada vez que sea necesario su recambio. A las pocas horas de estar en la caja-nido el halcón ha descubierto lo fresquito que se está sobre el mármol, y no solo pasa el tiempo de pie sobre él, sino que se tumba encima de manera confortable. De esa forma disminuimos notablemente el estrés térmico al que está sometido (coadyuvando por lo tanto a su capacidad de defensa ante las enfermedades), aumentamos su confort y mantenemos, por qué no decirlo, el nivel de implicación y preocupación por el bienestar de nuestros pupilos que siempre ha caracterizado a este proyecto.

En la siguiente serie de fotos podemos ver el nuevo hueco practicado a la caja-nido, a través del cual poder cambiar las botellas y placas de frío sin molestar al animal, seguido de la instalación del cajón y superficie de mármol donde Zacatín descansa durante estos calurosos días.